Volver

16/9/10

Tras un año de máster, una oposición y un ritmo vital que me ha dejado sin aliento en los últimos meses, vuelvo a tomar las riendas. Las de mi propia persona y las de esta bitácora que me ayuda a ejercitar el verbo e inmortaliza en cada entrada lo mejor de esta casa.
Seis meses de sequía bloguera no son demasiados (o puede que sí), salvo si lo que alimenta tu blog son las peripecias de dos personitas que crecen a la velocidad del rayo. Es el tiempo en el que A. terminó su segundo año en Infantil y se hizo de pronto muy mayor; visitamos el Oceanográfico comprobando que los ojos de P. aún podían abrirse mucho más; conocimos las dotes interpretativas de A. como Sirenita en su función de teatro; P. empezó a articular sus primeras palabras (y a comprender casi todas las nuestras) haciéndonos reír a carcajadas… También supimos que la leyenda “sin gluten” de algunos productos del super, en adelante lo sería de toda nuestra lista de la compra, pero que sin embargo las magdalenas de maíz nos gustaban tanto o más que las de trigo y para qué hablar de las croquetas…
Los últimos meses, de descanso intelectual, han sido sin embargo frenéticos físicamente, maternalmente absorbentes, pocoyizantes a rabiar y felices pese a todo.
Ahora toca volver. A madrugar, a escolarizar, a echar de menos las voces agudas por unas horas cada día, a merendar en los parques. A escribir, a leer, a organizarse, a buscar curro. Volver a la vida de siempre y hacerlo justo a tiempo de taparte con una sabanita por las noches. Qué gustito da volver.