El duendecillo

13/12/10

Esta mañana ha venido a visitarme otra vez el duendecillo. No hablo de mi hijo pequeño, que precisamente hoy dormía como un tronco, sino de ese pequeño ser con cuerpo, traje y botas de elfo (así me gusta imaginármelo) que de vez en cuando me aborda en mitad de la noche o, más a menudo, a primerísima hora de la mañana, cuando la mente aún navega a la deriva entre el sueño y la consciencia, y sin pedir permiso ni nada se pone a redactar en mi cabeza. Sí, sí, a escribir textos digo. Una carta a una amiga, un reportaje de trabajo, el próximo post del blog…

Cuando aparece, sé que no volveré a dormirme. Y eso que si estoy muy cansada intento no hacerle caso. Pero mira que hace ruido el condenado moviendo frases, ensayando elipsis y metáforas, construyendo diferentes comienzos y apoteósicos finales… Es emocionante la sensación de inspiración no controlada. El desvelo está asegurado. No soy dueña de tanta verborrea matinal y, sin embargo, casi siempre termino colaborando con él: memorizo las palabras para que al levantarme no se hayan esfumado y aún pueda hacer algo con ellas (y yo creía que lo de dormir con una libreta en la mesilla era cosa de las películas… pero ahora sospecho que me sería útil).
Hoy el duendecillo me ha traído este post. Yo le he dicho que si por favor me podría traer también un bestseller por entregas para ver si me forro, pero dice que imposible. Así que le he pedido que al menos se quede por aquí estas Navidades para que, a pesar de esta vida ajetreada, no sigamos dejando fuera de esta bitácora tantos de esos momentazos que nos regalan nuestros locos bajitos cada día.
Me ha dicho que lo intentará.

5 comentarios:

  1. Hermoso texto.
    Habrá que seguir escribiendo ¿no?

    ResponderEliminar
  2. Gracies!!
    Ha dicho que lo intentará ;)

    ResponderEliminar
  3. qué bonito vanesurri y qué bien escribes!
    cris

    ResponderEliminar
  4. A mi por la noche me abordan proyectos de investigación bastante siniestros cosas que suenan como "languages ideologies" "multilingual inequities" "gender identities" Qué miedo, Vane. Es es estrés post-doctoral
    Cris

    ResponderEliminar
  5. ¡Que bien te expresas Vanessa!. A mí me pasa lo mismo, cuando las preocupaciones despejan mis pensamientos, empieza a caer una lluvia de retales, con mil colores, con mil formas, siempre antes de que amaneza y... aunque intento darme la vuelta en la cama, al final me levanto y enhebro la aguja. Un beso fuerte a todos. Muac

    ResponderEliminar