Las vacas son hadas

1/12/09


A A. no le gusta que me ría de sus chispazos lingüísticos. Esos malentendidos del discurso, o malinterpretaciones del significado de algunas palabras que a los adultos nos hacen sonreír a veces y reír a carcajadas la mayoría de las ocasiones, a ella empiezan a causarle pudor. Yo lo respeto y por eso voy a contarlo con suma seriedad. Aunque he pensado mucho sobre esto en los últimos días, he decidido no dejar de plasmar estas escenas divertidas porque sé que algún día agradecerá que no se hayan perdido en mi memoria y ella también reirá conmigo.
La de hoy va de vacas, de vacas-hadas para ser exactos. Y ahora que lo pienso, la culpable de la ocurrencia he sido yo, al omitir en mi explicación una información importante para ella.
Estábamos acabando de cenar y yo preparaba el bibe de P., cuando A. me ha dicho: -“Mamá, ¿a que yo bebo leche de las vacas? “Claro, cariño, primero tomabas leche de mamá y ahora tomas leche de vaca” - le he contestado.
-“Sí, y P. toma leche de Nenuco”, me ha dicho ella sabiendo que decía una tontería para hacerme reír.
Y entonces, muy en mi papel de madre educadora que entabla conversaciones provechosas con su hija, me he lanzado a explicarle de dónde procede la leche de los bibes de P., primero sin muchas ganas y después, al ver que ella me atendía con interés, con más entusiasmo:
- “Verás A., la leche de P. también viene de la vaca; lo que pasa es que cuando sale de la vaca, la convierten en polvitos y le añaden vitaminas y cosas (por no decirle porquerías) para que luego podamos hacer los bibes…”. La veía tan concentrada que he estado a punto de seguir con lo de que, a pesar de todo, la leche en polvo nunca será igual que la leche de mamá, pero entonces ella me ha interrumpido, como siempre muy segura de la conclusión a la que había llegado:
- “Mamá…si es que… ¡las vacas son hadas!
- “¿Hadas, por qué hija?”
- Pues por todo eso que hacen, ¡¡de convertir la leche en polvitos…!!

Esta vez no me he reído. Sólo esbozando una sonrisa le he dado un beso grande y le he explicado que todo eso no lo hacen las vacas sino las personas. Aunque creo que la he decepcionado. Mola mucho más imaginarse a vacas convirtiendo su propia leche en botes de polvitos a golpe de varita mágica.


2 comentarios:

  1. Es genial

    Qué divertido el pensamiento mágico de los niños.
    Cris Oñoro

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  2. Tan pequeñitas y ya se asombran con los polvitos...

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