Menudas palabras (II)

18/10/09

Pablo sigue con su parloteo inconexo y caótico, que sin embargo cobra cada vez más sentido en la medida en que él lo va dotando de significado, o al menos de intención.
Con un grito indescriptible, pero característico, consigue decirte que lo mires, que le hagas caso, para después, cuando lo ha conseguido, seguir “hablándote” en su idioma, o simplemente sonreír de alegría. Las consonantes que utiliza van aumentando y la unión de fonemas es cada vez más rica y variada, en un intento de imitar el sonido de nuestro lenguaje. Aunque lógicamente no diga nada.

A…. ¡ay, A.! Tantas veces tengo que pararme a pensar que sólo son 3 años… Especialmente cuando emplea expresiones tan adultas que no le caben en la boca. Hoy su abu estaba enfadada porque había manchado la nevera con lápiz, con los imanes o algo así y no conseguía quitarlo con la bayeta. “Mami, ¿me das algo para sulucionarlo?”. Qué mona sí, pero además de voluntariosa es que le chifla trastear con trapos y con agua. Y ha visto una magnífica oportunidad que no iba a dejar pasar.
Unos días atrás, yendo en coche hacia la sierra pasamos por una granja de vacas y me preguntó si podíamos ir un día a la granja a “leñar” a las vacas. Como se había tomado un tiempo para pensar el palabro que finalmente pronunció tan convencida, ni me molesté en corregirla. Sonaba bonito. Está bien, pensé, a partir de ahora las vacas se leñan.


1 comentario:

  1. Me encanta.Y así iremos creando un bonito diccionario de palabros.
    Lleó

    ResponderEliminar